Se conocen como métodos de enseñanza alternativa a aquellos que difieren del sistema educativo
convencional, aunque no son una novedad, ya que llevan décadas
funcionando, tanto dentro como fuera de España. Existen colegios que
basan su sistema pedagógico en alguno de estos métodos que, además,
también se pueden utilizar como actividades extraescolares, como es el caso del método Kumon.
En una época en la que el fracaso escolar
alcanza cotas de hasta el 30%, y resulta especialmente significativo en
algunas comunidades, los expertos advierten que la prevención a tiempo,
es decir, en primaria, es la mejor forma de evitar que los alumnos
fallen al llegar a la educación secundaria (que es donde se produce, de
hecho, la mayoría del fracaso escolar, que puede conducir incluso al
abandono precoz de los estudios).
La mala comprensión lectora y la falta de habilidad en los cálculos matemáticos
están en la base de los problemas que tienen los estudiantes al ir
avanzando de curso, y estas dificultades se forjan en los primeros años
de escolarización, entre los tres y los doce años. Las enseñanzas
alternativas ponen el acento en potenciar la independencia y autonomía
de los alumnos desde el principio, porque es evidente que los
estudiantes tienen que desear aprender para que la educación tenga
éxito, y necesitan que se les faciliten los medios más adecuados para
conseguirlo.